Printer Friendly

La Verdad sobre la Violación en Relaciones

Cuando una mujer tiene una relación cercana y personal con el hombre que la viola, ella y otros quedarán confundidos si el ataque realmente fue una violación.

La ley en Oregon es muy clara en el tema de la violación en el matrimonio. El estado de Oregon ha sido un líder en acertar que el matrimonio no borra el derecho de una mujer en decirle “no” a su esposo.  En Oregon, una mujer que es violada por su esposo, tiene los mismos derechos que cualquier otra víctima de violación. Ella puede recibir la misma protección bajo la ley de Prevención de Abuso Familiar para una mujer que es golpeada por su esposo.

De igual manera, lo que algunos llaman “violación durante citas” es en realidad el crimen de violación.  El término “violación durante citas” nunca debería de usarse.  Así como nunca es apropiado el definir un crimen en el contexto en el que ocurrió.  Por ejemplo, nunca escucharías “fue un asalto tipo caminar-en-el-parque”.

Las violaciones y asaltos sexuales son planificados; no son resultados de estallidos impredecibles de pasión.  El plan suele ser sutil y complejo, envolviendo amenazas y acciones manipuladoras.  Por ejemplo, temprano por la tarde, el violador pudo haber demostrado su fuerza de una manera juguetona, jugando luchas o quizás le mostró a ella su colección de pistolas, o tal vez le mencionó de actos violentos que él cometió en el pasado.  El propósito es plantar las semillas del miedo que van a socavar sus defensas cuando sea atacada.

Los violadores que buscan poder y violan a sus acompañantes durante una cita a menudo razonan: “Era una cita y ella sabía lo que iba a pasar” (como si la violación fuera parte de todas las citas); o “No debió de haber tomado tanto si no quería hacer eso” (¿desde cuándo es el confiar en alguien; una invitación a una violación sexual?) o “Ella no opuso resistencia ni gritó” (como si el estar inmovilizada por el miedo o en estado de ataque debería interpretarse como consentimiento).

Las mujeres que han sido violadas por sus esposos o acompañantes en una cita experimentan muchos de los mismos temores y sentimientos que las víctimas de cualquier otro asalto sexual.  Sufren sentimientos de culpabilidad (“¿Fue algo que yo dije o hice?”), de temor (“¿qué tal si sucede otra vez?”) y la pérdida de confianza (“¿Cómo pudo haberme hecho esto?”)

La víctima necesita saber que fue el plan del violador y no sus acciones lo que condujo a la violación sexual.  Necesita escuchar que él es un criminal y que ella no es cómplice del crimen sino más bien fue una víctima.  Necesita entender que sus reacciones durante el asalto, ya sea si escogió no poner resistencia o gritar o cualquier otra táctica, fueron necesarias para sobrevivir.  Solo sus instintos pudieron alertarla si existía el potencial para violencia en ese momento y ella hizo lo correcto en confiar en sus instintos.  Si elige o no el acusar, es importante que ella contacte a alguien capacitado para trabajar con víctimas de abuso sexual para que así el proceso de sanación empiece lo más pronto posible.

Centro de Esperanza y Seguridad 605 Center St NE| Salem, Oregon 97301|503–378–1572

©2025 Centro de Esperanza y Seguridad|Sitio Web por NetRaising