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Las Palabras Son Poderosas

Los siguientes son ejémplos de maneras de expresar de modo diferente el lenguaje que hace ver como culpable a la víctima:

Ella lo provocó.
Él tomó una decisión.

¿Porque ells se queda?
¿Porque es él un abusador?  

Violencia familiar, violencia en relaciones.
Abusador, persona violenta.

Ella es una mujer abusada.
Él es un abusador.

Él perdió su temperamento.
Él usó el abuso porque quería tener poder y control.

El lenguaje, o la selección de palabras, tiene un impacto inmenso en lo que pensamos de nosotros y de los demás. Trate de recordar tiempo atrás durante su niñez cuando alguien le llamo con un sobrenombre o le quizo humillar. Probablemente usted pueda recordar las palabras exactas que ellos dijeron para humillarla o degradarla. Las palabras son extremadamente poderosas.

Sobrevivientes de violencia doméstica y asalto sexual viven el impacto de palabras negativas cada vez que alguien cuestiona sus acciones o duda de sus experiencias. La gente muchas veces menosprecia la importancia de escoger lenguaje apropiado para discutir los temas de violencia doméstica y abuso sexual. 

Por ejemplo, siguiendo un homicidio/suicidio en Sheridan, Oregon, el encabezado de un periódico local decía: “Una pareja deja atrás dos niños pequeños.”

Al leer las palabras escritas, uno podría pensar que la mujer tomó la decisión de abandonar a sus hijos. En realidad, esta mujer fué asesinada por su esposo. Un encabezado más exacto podría haber sido: ” Esposo golpea a su mujer hasta matarla.”

Hoy, mucha gente en nuestra sociedad quiere ignorar la violencia de los hombres hacia las mujeres.  No es fuera de lo común leer un artículo entero sobre violencia doméstica sin encontrar ningún término específico de que sexo hablan. Cuando el Presidente Clinton escribió una carta sobre la seriedad de violencia doméstica, el nunca se refirió a los hombres como abusadores. Aún así, la verdad es que el 95% del tiempo que occure violencia doméstica, es violencia del hombre hacia una mujer.

Las palabras son poderosas. Por eso en el Centro de Esperanza y Seguridad estamos evaluando constantemente nuestro lenguaje para considerar como podemos comunicar mejor la verdad sobre violencia doméstica y poner la culpa donde pertenece―en el abusador.

Nosotros hemos cambiado la manera en que hablamos sobre la violencia contra mujeres y niños. Por ejémplo, en vez de decir “Cada nueve segundos una mujer es golpeada en los Estados Unidos,” nosotros decimos “Cada nueve segundos un hombre golpea a una mujer en los Estados Unidos.” Nosotros acomodamos “¿Porque ella se queda?” con la pregunta “¿Por qué él la golpea?”
Nosotros evitamos los términos relación violenta y violencia familiar que sugieren un problema en una relación o que todos en la familia son violentos. Estos términos no cuentan la verdad ―Estos pierden la oportunidad de aclarar que un hombre escoge ser violento hacia una mujer o la familia.

Una columnista nacional, Kathleen Parker, recientemente dedicó mucho espacio en su columna para tocar el tema de lo que ella considera una parodia de la justicia: Los reclamos falsos de violencia doméstica en contra de los hombres quienes realmente son inocentes.  Parker expone que no solamente hay mujeres mintiendo en sus reclamos de abuso, sino ellas son realmente tan violentas como los hombres.

El comentario de Parker (julio de 1999) insiste que las mujeres seguido inician la violencia que resulta en sus lesiones o muerte. Ella continua: aúnque no podemos ignorar que los hombres, por su tamaño y fuerza, son más peligrosos que las mujeres cuando son provocados, tampoco podemos ignorar que las mujeres pueden necesitar cambiar su comportamiento (Énfasis añadido.) Oraciones como esta entregan un mensaje devastador a las víctimas de violencia insinuando que si una mujer es golpeada por su pareja, probablemente ella lo provocó y por lo tanto ella debe de cargar con la culpa por lo que le pasó.

No obstante, las investigaciones no apoyan el concepto de que las mujeres son tan violentas como los hombres. Nuestras fuentes de información sobre la violencia doméstica no provienen de “feministas radicales”, ni siquiera de proveedores de servicio de violencia doméstica. Las estadísticas que nosotros usamos provienen de una fuente un poco menos controversial como el FBI y el departamento de policía de San Diego. El SDPD (por sus siglas en Ingles) se comprometió a hablar con cada niño del hogar cuando fueran llamados por una escena de asalto doméstico. Los niños reportaron que el 95% de las veces el hombre en el hogar era el abusador.

Parker afirma en su columna un mito que parece ser extremadamente común - que la mujer miente sobre la violencia doméstica para obtener ventaja durante un divorcio o juicio de custodia. Este es un concepto difícil de aceptar por varias razones:

Las investigaciones sugieren que se miente sobre la violencia doméstica al mismo nivel que otros crímenes- cerca del 2% de las ocasiones. Para hacer un reclamo falso de violencia doméstica, una mujer necesitaría pasar una cantidad de trabajo e inconveniencias extremas- entrevistas de policía, preguntas incontables de amistades, familiares, compañeros de trabajo y agencias de servicio social, montones de papeleo para registrar una orden de restricción y multas de acecho, tiempo perdido del trabajo, costo de un abogado, etc.

Considerando el tamaño de esfuerzo que una mujer tendría que pasar para mentir sobre violencia doméstica, el pago virtualmente no existe. Una mujer que dice la verdad sobre violencia doméstica con frecuencia no recibe un retraso de los derechos de visita del padre, no importa que tan severa fuera la violencia en contra de ella ó sus niños. Las víctimas raramente reciben consideraciones especiales durante un divorcio o procedimientos de custodia; de hecho, varias mujeres en el condado de Marion han perdido la custodia de sus niños, aunque la violencia fue documentada. En algunos casos, la custodia es dada al padre, aunque haya abuso infantil documentado. La realidad es que el decir la verdad sobre violencia doméstica no le garantiza a una mujer que el sistema judicial o servicio social responderá apropiadamente.

Desgraciadamente, las palabras de Parker son poderosas. Su voz suena más fuerte que la mayoría, porque ella se comunica en un foro en el cual tiene acceso a mucha gente. Palabras como las de Parker le hacen daño al movimiento contra-violencia; perpetúan mitos y estereotipos acerca de las víctimas que contribuyen a que las víctimas se mantengan calladas.

Pero las víctimas no son las únicas que son afectadas con palabras; también el lenguaje es usado con frecuencia en el intento de silenciar defensores. Las mujeres que trabajan en el movimiento contra-violencia son llamadas odia-hombres y feminazis. ¿Por qué? Porque nosotros estamos trabajando para llamar la atención sobre la violencia del hombre hacia la mujer. Los hombres que son activos en el movimiento contra-violencia con frecuencia son silenciados con lenguaje homo-fóbico - son llamados “jotos,” maricones,” etc. Jackson Katz, un hombre que escribe y habla en contra de la violencia del hombre hacia la mujer, habla de la ironía y la lógica de que “sólo porque nos importa la mujer, quiere decir que queremos tener relaciones sexuales con hombres.”

Mujeres y hombres tienen que confrontar los estereotipos y opresiones que son usados para mantener la violencia contra mujeres y niños.  Las palabras son poderosas y nosotros escogemos las palabras que usamos cada día. Cada persona que entiende los argumentos tiene la oportunidad de ayudarle a otros a comprender también, escogiendo palabras que reflejan la verdad sobre la violencia doméstica.

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